La Iglesia Changtteul, cuyo término significa "un marco que contiene una ventana", es un antiguo lugar de culto en Gyeonggi-do, Corea del Sur. Como su nombre lo indica, el carácter del edificio reside en su serie de ventanas, lo que brinda a los visitantes, tanto en el exterior como en el interior, una experiencia única de luz y paisajes.
Los diseñadores Hanyoung Jang y Hanjin Jang del estudio minorormajor utilizaron las ventanas de Changtteul como un motivo metafórico para su concepto de diseño: el primero es la 'ventana entre el hombre y Dios', y el segundo es 'la ventana entre el hombre y la naturaleza'.
El edificio de 108 metros cuadrados consta de tres pisos: la sala de comunicación en el primer piso, el espacio de contemplación en el segundo piso y la implementación de un espacio "sin límites" en el techo.
Los visitantes pueden experimentar la 'ventana entre el hombre y la naturaleza' en el primer piso, debido a la eliminación de las paredes frontal y posterior. Las paredes se reemplazan con vidrio transparente, creando la ilusión de que la tierra se extiende desde afuera hacia adentro. En cuanto a la experiencia tangible, se instala un banco para que los visitantes puedan sentir la tierra bajo sus pies.
En el segundo piso, en el techo, se instalan paneles de acero inoxidable especialmente mecanizados (con acabado de espejo), lo que brinda a los visitantes el sentido metafórico de 'ventana entre el hombre y Dios'.
La sensación de "alguien vigilando" se experimenta aún más con las ventanas de vidrio reflectante en todo el espacio.
Al llegar a la azotea, los visitantes se encuentran con emociones celestiales, mirando el mundo más allá de los espacios confinados. Los paneles reflectantes se instalan en los cuatro lados (tanto en el interior como en el exterior), dando a los espectadores en el interior una sensación de emancipación, y a los que están fuera, una silueta vívida de la estructura a medida que se camufla con su entorno.
Los diseñadores también optaron por instalar un terreno irregular y fluido para dar a los visitantes una sensación de ilusión. Mirando hacia arriba, los visitantes que se encuentran en el nivel de la azotea no ven nada más que el cielo.